La elaboración de cerveza es uno de los rituales gastronómicos más longevos. Los estudiosos datan su origen en la civilización sumeria, ahí es nada. Este gran proceso, miles de años después sigue siendo muy similar, incluso con la industrialización y el proceso a gran escala. Lo principal será conseguir los mejores ingredientes, los cuales no son tantos: el cereal, el lúpulo y el agua.
Hoy nos toca hablar de uno de estos ingredientes: la malta, que en realidad se consigue haciendo que el grano de cebada o trigo comience a germinar y parando el proceso. Dentro del mundo de las maltas que tendremos que elegir para la fabricación de cerveza casera e industrial están las maltas rubias y maltas tostadas. Estas darán tanto color como sabores especiales.
La cebada es el ingrediente principal en la fabricación de la cerveza, y es la fuente de la mayoría de los azúcares fermentables que se convierten en alcohol durante el proceso de elaboración de la cerveza. Las maltas rubias y tostadas son dos tipos diferentes de cebada que se utilizan en la elaboración de la cerveza, y cada una tiene características únicas que afectan el sabor, el aroma y el color de la cerveza.
Las maltas rubias
La malta rubia es el tipo de malta más comúnmente utilizado en la fabricación de cerveza, y se caracteriza por tener un sabor dulce y suave, con un ligero sabor a pan. La malta rubia es también la malta base que se utiliza en la mayoría de las recetas de cerveza, ya que proporciona la mayoría de los azúcares fermentables necesarios para producir alcohol. La malta rubia también tiene una baja intensidad de sabor y color, lo que la convierte en un ingrediente muy versátil que puede ser utilizada en una amplia variedad de estilos de cerveza.

Las maltas tostadas
Por otro lado, la malta tostada es una malta más oscura que se tuesta durante el proceso de elaboración de la cerveza, lo que le da un sabor más intenso y un color más oscuro. La malta tostada se utiliza comúnmente en estilos de cerveza más oscuros, como las cervezas porter y stout, donde su sabor a café y chocolate se complementa con el sabor a malta más fuerte de la cerveza. La malta tostada también se utiliza a menudo en pequeñas cantidades en recetas de cerveza más claras para agregar profundidad y complejidad al sabor.
La malta tostada también se utiliza a menudo en la elaboración de cerveza ahumada, donde se utiliza malta tostada con humo para dar a la cerveza un sabor ahumado característico. La malta tostada con humo se elabora secando la malta sobre fuego de madera, lo que le da un sabor a humo distintivo que se transfiere a la cerveza.
Además de su sabor y color característicos, la malta tostada también tiene otras características importantes que afectan la fabricación de cerveza. La malta tostada tiene una menor capacidad de conversión de almidón a azúcares fermentables, lo que significa que se necesitará más malta tostada para alcanzar el mismo nivel de alcohol que se obtiene con la malta rubia. La malta tostada también tiene una menor capacidad de enzimas diastáticas, lo que significa que no puede convertir los azúcares no fermentables en azúcares fermentables tan eficientemente como la malta rubia. Por lo tanto, si se utiliza demasiada malta tostada en una receta de cerveza, el resultado final puede ser una cerveza con un sabor astringente y un cuerpo más ligero.
Proceso de malteado
Otro factor importante a considerar al utilizar maltas rubias y tostadas en la fabricación de cerveza es el proceso de malteado. El malteado es el proceso de germinar la cebada y luego secarla para detener la germinación. Durante el proceso de malteado, se liberan enzimas diastáticas que convierten los almidones en azúcares fermentables, lo que hace que la cebada sea adecuada para su uso en la fabricación de cerveza. El proceso de malteado también tiene un impacto en el sabor y la coloración de la cerveza, ya que el nivel de tostado de la malta se determina durante el proceso de secado.
La malta rubia se seca a una temperatura más baja que la malta tostada, lo que significa que la malta rubia tiene un sabor más suave y un color más claro. La malta tostada, por otro lado, se seca a una temperatura más alta, lo que le da un sabor más intenso y un color más oscuro. Además, la malta tostada también puede ser tostada en diferentes grados, desde tostado claro hasta tostado oscuro, lo que afecta aún más su sabor y color.
De esta manera, tanto la malta rubia como la malta tostada son ingredientes importantes en la fabricación de cerveza casera. La malta rubia proporciona la mayoría de los azúcares fermentables necesarios para producir alcohol en la cerveza, mientras que la malta tostada se utiliza para agregar sabor, color y complejidad a la cerveza. Es importante recordar que la cantidad de malta tostada utilizada debe ser cuidadosamente medida para evitar un sabor astringente y un cuerpo ligero en la cerveza final.
La malta rubia y la malta tostada también se secan a diferentes temperaturas durante el proceso de malteado, lo que afecta su sabor y color. La elección de la malta adecuada y la cantidad adecuada de malta tostada en una receta de cerveza puede hacer una gran diferencia en el sabor, el aroma y la coloración de la cerveza final.
En definitiva, la fabricación de cerveza casera e industrial es un proceso emocionante y creativo que permite a los entusiastas de la cerveza experimentar con diferentes ingredientes y técnicas de elaboración para crear cervezas únicas y deliciosas.