¿No os ha pasado alguna vez que os cansáis de comprar las cervezas del supermercado, especialmente algunas de marca blanca? Por eso, una de las grandes alternativas que invitamos a todo amante de la cerveza es que se atreva a elaborar su cerveza artesana.
Hacer cerveza en casa puede parecer palabras mayores y que es un mundo complejo, pero todo lo contrario, tan sólo se necesita un bidón para fermentar la cerveza, comprar jarabe de malta con la levadura (no os preocupéis porque suele venir con la malta), agua y azúcar. En Internet podéis encontrar un sinfín de fermentadores, al igual que los jarabes de malta. Tienes que saber cuál escoger, en nuestro caso las últimas elaboraciones que hemos hecho son IPA y Stout, en dos contenedores diferentes.
Limpieza
Lo principal es tener mucho cuidado con la higiene, para ello se tienen que limpiar muy bien todos los elementos que vayan a estar en contacto con la elaboración con desinfectantes alimentarios (por ejemplo, Oxipro): tanto el fermentador, la tapa, el sifón, la paleta para remover, el termómetro… todo.
A partir de ahí, no hay más que seguir las indicaciones que vienen. En nuestro caso pusimos la bolsa del jarabe de malta en agua caliente para que fuera más líquida y se pudiera disolver mejor con el agua mineral en el fermentador. Luego, un poco de agua caliente y a remover.
Añadimos agua con la cantidad indicada de azúcar (escogimos para ambas cervezas azúcar moreno) y más agua tibia hasta los 23 litros. Eso sí, controla en todo momento la temperatura con el termómetro para asegurar que esté por debajo de los 25º ya que la levadura muere si está por encima de esa temperatura. La verdad es que es un ingrediente muy puñetero, pero fundamental. Se echa la levadura, se cierra bien y se pone el sifón con un poco de agua. Y a esperar unos diez días, hasta que veamos que el agua del sifón deja de borbotear.
Controla en todo momento la temperatura con el termómetro par asegurar que esté por debajo de los 25º
La verdad es que en este paso tuvimos un pequeño inconveniente con una de las cervezas que hicimos, la stout, ya que eran en casas diferentes y, mientras la India Pale Ale no ha tenido ningún problema para los plazos de fermentación, la stout estaba en otro lugar donde hace más frío, por lo que ha estado a unos 16º, lo que ha provocado que el proceso haya durado unos 15 días, así que tened cuidado con eso. Si puede estar a unos 20-22º, mejor.

Embotellado
Cuando ya termina la primera fermentación hay que tener listas el ejército de botellas que vayamos a usar (también hay que limpiarlas junto con las chapas muy bien, al igual que se hizo al principio de con la mezcla). Hay que echar una cantidad de azúcar en cada una de ellas, que varía según el tipo de cerveza (no os preocupéis porque viene indicado).
Ahora solo tienes que abrir el grifo del fermentador y a echar cerveza en cada una, eso sí, sin apurar, hay que dejar unos tres dedos de espacio en el cuello de la botella, ya que gracias al azúcar va a volver a fermentar y si no tiene espacio suficiente nuestra cocina puede convertirse en un auténtico Irak, puesto que pueden estallar cuando menos no lo esperemos. Se chapan y tras dos semanas de reposo… ¡a catar!
¿Os atrevéis?