Por favor, silencio. Recemos y dirijamos nuestros mejores deseos para esta congregación de monjes que se encuentran en medio de los campos del sur de Bélgica, recluidos en la abadía de Saint Sixtus de Westvleteren, inmersos en una de las más grandes sacras tareas: hacer la Mejor Cerveza del Mundo.
Llegar hasta aquí puede ser parte de una interesante excursión para todo amante de la cerveza que se plantee una ruta por Bélgica para disfrutar de este producto que tan bien saben hacer. En nuestro caso, nos dispusimos a recorrer parte de Holanda, Bélgica y el norte de Francia en coche, por lo que no nos desviamos demasiado de la ruta. La abadía está cerca de unos campos de lúpulo que se pueden recorrer en bicicleta (muy recomendable si podéis llevar las bicis con vosotros).
Pero antes de llegar hasta aquí tendríais que seguir ciertas indicaciones si queréis haceros con alguna de las cervezas que aquí elaboran y que le han hecho ganar la distinción de Mejor Cerveza del Mundo. Para comprarlas lo primero hay que acudir a su página web con alguna semana de antelación, ya que, a pesar de tener la opción de hacer las compras online, hay que hacerlo en cierto horario y con días de antelación. Como máximo se puede llevar dos cajas de 24 cervezas por coche, así que tendrás que escoger entre dos de las tres que elaboran: la rubia, la double o la triple. Aquí depende mucho los gustos de cada uno, pero en nuestro caso nos quedaríamos con la double y triple.
Si no puedes hacer la compra por este medio por cualquier cosa, no te preocupes porque hay una solución. Un poco más caro, pero relativamente asequible, puedes acudir a la tienda-restaurante que está justo enfrente y comprar packs de 6 cervezas, como fue nuestro caso. Sin embargo, aquí puede ser que no puedas escoger entre las tres opciones porque pueden agotarse, de hecho cuando llegamos solo quedaban la blonde y la triple.
La exclusividad, una seña de identidad
Hablar de la cerveza Westvleteren son palabras mayores. Las tres cervezas que elaboran son excelentes en todos sus aspectos: aroma, sabor, impacto en boca y precio. Pero eso sí, todo ello encierra un halo de exclusividad que tal vez pueda ser una seña de identidad.
Como decimos, se trata de una cerveza que puede salir por poco más de 2 euros la botella y para una elaboración de este tipo es un precio más que razonable. Eso sí, no te va a resultar fácil hacerte con ella, de ahí esa exclusividad de la que hablamos. Como se puede ver hay que acercarse hasta aquí, no hacen envíos online y las cajas de madera que te puedes llevar son limitadas (no así las de cartón, aunque cuestan un poco más).
Todo tiene un motivo. El objetivo que persigue la abadía no es otro que tan solo amortizar el proceso de elaboración y los gastos que puedan llegar a tener. No es un negocio lucrativo como puedan hacer otras trapenses, como Westmalle o Trappe. Por eso, si la llegas a encontrar en algún bar seguramente el precio será bastante caro (el dueño del bar sí que busca ganar dinero, está claro).